La cerveza es una fuente de silicio, un mineral implicado en la formación de hueso y cartílago, por lo que su consumo moderado podría prevenir la aparición de la osteoporosis.
El silicio es después del oxígeno, es el elemento más abundante de la corteza terrestre, en la que se encuentra en casi el 28 %, cifra que casualmente coincide con su peso atómico, es un oligoelemento esencial para el cuerpo, imprescindible para la salud. Son necesarias pequeñas cantidades que deberían satisfacerse a través de la alimentación.
La osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más frecuente en el ser humano. Inicialmente fue definida por Fuller Allbright como “demasiado poco hueso”. Hoy en día, la definición aceptada por consenso es “enfermedad esquelética sistémica caracterizada por disminución de la resistencia ósea, con el consiguiente aumento de la fragilidad del hueso y la susceptibilidad de sufrir fracturas”. Los elementos esenciales de esta definición son la masa ósea baja y la alteración de la microarquitectura, que distinguen a la osteoporosis de otras enfermedades óseas. Cualquier fractura ósea se relaciona con la fortaleza del hueso, siendo la masa ósea, expresada como densidad mineral ósea (DMO), la mayor contribuyente a dicha fortaleza.
La alteración de la microarquitectura se caracteriza por la pérdida, adelgazamiento y falta de conexión entre las trabéculas óseas, junto con una serie de factores, como alteraciones en el remodelado óseo, la propia geometría del hueso, etc., que se han agrupado bajo el concepto de calidad ósea. Todos ellos producen un deterioro de la integridad estructural del hueso y favorecen la fragilidad esquelética, lo cual conlleva a un incremento del riesgo de fracturas.
La ingesta diaria promedio de silicio es de 20 a 50 mg para las poblaciones de Europa y América del Norte. La ingesta diaria de silicio es superior en China e India (140-200 mg / día) donde los granos, frutas, y verduras forman una parte más grande de la dieta. China e India también tienen la menor prevalencia de las fracturas de cadera en comparación con todas las demás regiones del mundo.
El silicio está presente en todos los tejidos del cuerpo, pero los tejidos con las más altas concentraciones de silicio son los huesos y otros tejidos conectivos, incluyendo la piel, el cabello, las arterias y las uñas. El silicio interviene en la formación del colágeno y tejido conjuntivo de los huesos. El hueso es el único material flexible formado por cristales de apatita (mineral de calcio y fósforo) embebido en una matriz proteica que contiene colágeno y glicosaminoglicanos. El silicio parece jugar un papel muy importante en las primeras etapas de desarrollo del hueso mientras se construye la matriz proteica. También parece que aumenta la velocidad de mineralización del hueso y mejora la deposición de calcio en el mismo, lo que tiene como consecuencia que el hueso crezca más deprisa y más fuerte. Está demostrada la función del silicio en la clasificación (sin relación con la vitamina D).
Usando condrocitos y epífisis tibiales de embriones de pollo, mostraron que el silicio aumentaba la síntesis de la matriz ósea, y que el incremento de la actividad de la prolil hidróxilasa, enzima relacionada con la síntesis de colágeno, era dependiente de la dosis de silicio. Un estudio realizado con osteoclastos humanos ha comprobado que el silicio aumenta la proliferación osteoblástica. Las concentraciones de silicio en el osteoide son 25 veces mayor que en las zonas de los alrededores.
Existen muchos estudios, tanto experimentales como en humanos, que han observado el efecto positivo del Si en el hueso, demostrando que su administración produce un efecto positivo en la masa ósea. Las inyecciones intramusculares de silicio como trisilanol monometil a una dosis de 50 mg dos veces a la semana durante cuatro meses fueron administradas a mujeres postmenopáusicas con osteoporosis. Este tratamiento se comparó con etidronato, fluoruro, magnesio, y los controles. Los pacientes de los grupos recibieron 1.000 mg de calcio y 500 UI de vitamina D al día. Una mejora significativa en la densidad del hueso femoral se observó en el grupo de silicio en comparación con los otros grupos.
Otro estudio de suplementación de silicio en mujeres con osteoporosis se evaluó en el volumen de hueso trabecular medido por biopsia de cresta ilíaca tras un periodo de tratamiento. Tres grupos consistieron en los controles, un grupo consistió en la administración parenteral de 16,5 mg / semana de silicio durante cuatro meses y a otro con la suplementación oral con 27,5 mg / semana durante tres meses. Los participantes consumieron sus dietas normales, pero no se agregó suplementos de calcio o vitamina D. Los dos grupos con silicio suplementario presentaron un aumento significativo en el volumen de hueso trabecular en comparación con los grupos de control.
Basándose en estos informes, existe evidencia de que la suplementación moderada de silicio tiene un efecto beneficioso sobre la mineralización ósea y la densidad ósea, es decir, independiente de otros factores.
Además la EFSA también le atribuye como “health claim” el mantenimiento normal del hueso en la referencia EFSA Journal 2011;9(6):2259.
Las principales fuentes de silicio en la dieta son granos enteros, frutas, bebidas y verduras en ese orden. Cereales no refinados y granos tienen un alto contenido de silicio, especialmente avena y salvado de avena. La cascarilla de arroz y cáscaras son fuentes ricas en silicio. El contenido de silicio de las cervezas varía entre 6,4 a 56,5 mg/l, con una media de 30mg por litro, siendo mayor en las cervezas obtenidas de la cebada que en las obtenidas del trigo. Al ser habitualmente en nuestro país tomar dos cervezas, el equivalente a algo menos de medio litro, un individuo puede obtener 15mg de este nutriente con sólo ingerir dos cervezas. El lúpulo, componente habitual de las cervezas, contiene más Si que en el grano, contribuyendo con ello a un mayor aporte de silicio. Las carnes, productos lácteos y harinas refinadas tienen poco contenido en silicio. El agua potable puede ser una fuente de silicio dependiendo de la fuente y el método de procesamiento.
El consumo moderado de alcohol se asoció con un aumento de la densidad mineral ósea en hombres y mujeres postmenopáusicas cuando la fuente de alcohol era la cerveza o el vino, pero no cuando la fuente era el licor. Otro estudio demostró que la cerveza no alcohólica reduce de forma aguda los marcadores de la resorción ósea. Sin embargo, el mismo estudio demostró que el consumo moderado de etanol por sí solo también redujo los marcadores de resorción ósea. Aunque se sugerio que el silicio en la cerveza tenía un efecto moderado sobre la formación de hueso independiente de etanol, los efectos a corto plazo de la ingestión de silicio sobre los marcadores de la resorción ósea no se pudo demostrar.
Aunque el exceso de la ingesta de alcohol es considerado como un importante factor de riesgo para la osteoporosis. El mecanismo fisiopatológico que relaciona al alcohol con la osteoporosis es complejo, aunque parece que estarían relacionados a través de una depresión de formación ósea y un aumento de la excreción urinaria del calcio y hay que recordar que estos estudios se encuentran en fase experimental, lo que no elimina la opinión de un médico tratante, ni establece dosis recomendadas.
Autor: Jonnathan Vásquez